Como autores, tenemos que tener muy claro que en cuanto publicamos un libro nos exponemos a la reacción del público, y que esa reacción puede ser buena, mala o muy mala. De hecho, es muy probable que en algún momento nos encontremos con una crítica horrible, destructiva, de esas que destrozan nuestro ego y nos dejan con ganas de quedarnos en un rincón en posición fetal durante varios meses. Es imposible que gustemos a todo el mundo, eso es algo que tenemos que tener bien claro antes de publicar nuestras obras. Pero, además, es incluso posible que alguien nos haga esa crítica a mala uva (aunque ocurre mucho menos de lo que nos gusta creer; y es que todos preferimos pensar que nos atacan sin motivo y por pura maldad a darnos cuenta de que igual nuestro libro no ha gustado a esa persona por cualquier razón…)
Ante las críticas negativas, sean del tipo que sean, hay varias formas de reaccionar.